Gabriela Toro, la veterinaria calingastina que transforma la lana en arte.
Gabriela Toro, una veterinaria de alma, decidió cambiar el rumbo de su vida y sumergirse en un mundo de colores y texturas. Tras años atendiendo a sus pacientes ovinos en Calingasta, descubrió una nueva pasión: la artesanía.
Es veterinaria pero su pasión es el arte. Por eso, hace tres años decidió dar un giro en su vida y hoy se siente convencida que fue el mejor paso que dio. Gabriela Toro es médica veterinaria de Calingasta y en el 2021 dio un giro significativo en su vida. Abandonó su carrera de 25 años para dedicarse a la artesanía. Madre de tres hijos y con el apoyo incondicional de su marido, Gabriela se convirtió en una destacada emprendedora que hoy compite por el premio «Emprendedora del Sol», auspiciado por Veladero, para la Fiesta Nacional del Sol.
Su proyecto es «Toro en mi rodeo» y refleja su pasión por la lana y la sostenibilidad. Después de años atendiendo a sus pacientes ovinos, Gabriela se dio cuenta de que muchos productores no sabían qué hacer con las lanas. «Me dije ‘no, esto no puede ser, que se quemen las lanas’. El esquile se tiene que hacer, sí o sí, todos los años. Es un proceso que se tiene que hacer por el bien de la oveja», recordó Gabriela a Diario La Provincia SJ.
Fue así como decidió recolectar la lana de sus pacientes, comenzando un proceso que combina sus habilidades veterinarias con su amor por el arte. Utiliza técnicas tradicionales, como el escardado, el hilado y el teñido, utilizando tintes naturales extraídos de plantas nativas, en especial la cáscara de nogal.
Sus hijos son parte activa en su emprendimiento, ayudando en la recolección de plantas y el proceso de teñido. «Me dicen ‘sos capa vieja’, y eso me llena de orgullo», comparte.
Aunque el tejido es solo una parte de su proceso creativo, Gabriela confiesa que lo que más le entusiasma es el teñido. «Uno cuando empieza el proceso del tinte siempre se sorprende, es un placer saber cómo sale la lana. Uno nunca se imagina cuando pone la lana en la olla y la hierve a fuego el color que va a obtener. Entonces el placer es eso, lo que uno descubre después», agregó destacando la magia que ocurre cuando la lana blanca se sumerge en la olla. Su deseo es que más personas experimenten esta transformación, por lo que está ampliando su espacio para permitir que la comunidad participe en talleres.
DOCENCIA Y CONCIENCIA AMBIENTAL
Gabriela no solo se dedica a la artesanía; también es docente de Biología en los CENS de Calingasta, de la Escuela Técnica Manuel Sabio y de la Escuela Secundaria de Tamberías. Allí enseña a los jóvenes sobre la importancia de valorar lo autóctono y la sostenibilidad.
A punto de jubilarse, Gabriela mira hacia el futuro con optimismo. Su meta es seguir creciendo como artesana y transmitir su pasión a las nuevas generaciones. «La idea es poder seguir creciendo y que los chicos lo aprendan. Yo he tenido muchas satisfacciones con los alumnos míos del secundario», finalizó, enfatizando la importancia de enseñar a los jóvenes sobre el potencial que tiene su comunidad.
Gabriela Toro es un claro ejemplo de cómo el amor por la naturaleza y la tradición puede transformarse en un emprendimiento exitoso. Con su proyecto «Toro en mi rodeo», no solo busca preservar el arte del tejido, sino también fomentar una conexión más profunda con su entorno y comunidad.
FUENTE LA PROVINCIA SANJUAN
OVINOS El Portal de los Lanares