Quienes toman decisiones adecuadas en función de sus realidades logran ingresos por encima de la media
Técnicos del SUL resaltan el aporte del ovino en complementación con el vacuno

Quienes toman decisiones adecuadas en función de sus realidades logran ingresos por encima de la media
El rubro ovino ofrece una muy buena rentabilidad con sus explotaciones de carne y lana, pero también debe tenerse en cuenta que es un rubro complementario de la producción vacuna, destacó a El Observador el técnico del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), Marcelo Grattarola.

El integrante de los servicios de transferencia del SUL fue disertante en algunas de las jornadas Hablemos de Ovinos, que se realizaron en diferentes zonas del país.

Grattarola –junto a Adolfo Casaretto y José Ignacio Aguerre– trasmitió que en general este rubro y en sus distintos sistemas de producción presenta «un buen desempeño».

Detalló que en sistemas laneros que en el norte manejan lanas de menos de 23 micras, de razas Ideal, Merino y Merilín, y tasas de señalada sobre campo natural en el eje de 75%, el rubro ofrece una muy buena rentabilidad de unos US$ 300 por Unidad Ganadera Ovina (unos 6,5 ovinos) y con una estructura de majada reteniendo capones.

Precisó que se ve en algunos establecimientos que venden corderos al destete, cuando tienen un potencial importante de venta futura de lana en los próximos años.

Es claro que la retención de borregos de un año o capones de dos a tres años es un excelente negocio que permite un ingreso relativo alto, mayor que las ventas al destete y a su vez eso baja los riesgos porque hay menos ovejas y, por lo tanto, menos corderos para recriar, afirmó el técnico.

En los planes más orientados al doble propósito, con lanas de 24 a 28 micras, el cordero pesado a los precios actuales está en US$ 3,30 el kilo en cuarta balanza, por lo que el terminar el cordero genera un impacto importante por oveja encarnerada y por hectárea.

Además, hay un tercer sistema de producción, intensiva, que llevan a cabo algunos productores en el sur del país, en áreas de suelos profundos, donde hay agricultura y se calculó para 100 hectáreas con 1,2 Unidades Ganaderas por hectárea –que es lo que está investigando el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA)– que permite ingresos similares a un tambo de alta producción.

El enfoque de este conjunto de técnicos del SUL respeta los sistemas de producción que se promueven en las respectivas zonas y el mensaje que sobresale es la productividad: el predio es más competitivo en la medida que produce más kilos dentro de costos que sean razonables.

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