Los parásitos son uno de los principales problemas que afectan a los ovinos. Técnicos del INTA avanzan en la identificación de corderos resistentes para la raza Texel.
os parásitos gastrointestinales son uno de los principales problemas sanitarios que afectan a los ovinos en pastoreo. Durante las últimas cuatro décadas, el control de los parásitos por medio de fármacos antiparasitarios ha generado poblaciones de nematodos resistentes a la mayoría de los grupos químicos. La rápida adaptación y resistencia de los parásitos a los nuevos fármacos reduce significativamente la vida útil de los antiparasitarios.
Como respuesta a esta situación, una de las estrategias que propone la investigación científica mundial es la selección de animales genéticamente resistentes. En la Argentina, especialistas del INTA trabajan en esta perspectiva y avanzan en la identificación de corderos resistentes para la raza Texel -hasta el momento no se conoce información en el país sobre la variabilidad genética de la raza para esta característica-. En el mediano plazo, se espera que los primeros animales seleccionados sean incorporados en las evaluaciones de reproductores.
Juliana Papaleo, investigadora del INTA Balcarce -Buenos Aires-, destacó que el estudio apunta a «lograr majadas más resistentes a los parásitos gastrointestinales, que tengan buena productividad y se desparasiten menos veces al año».
La propuesta de lo esxpertos es es invitar a productores interesados en el estudio a fin de obtener información de diferentes ambientes y manejos, incrementar el volumen de registros y aumentar la precisión de los resultados. Además de las mediciones, los investigadores conservan muestras de sangre de los animales evaluados para, a futuro, realizar análisis de ADN que permitan estudiar algunos genes candidatos relacionados con la respuesta inmune innata, hallados en la raza Corriedale.
A partir del ensayo con la raza Texel, se espera que la información científica generada sea incorporada en las evaluaciones de reproductores en el mediano plazo -por ejemplo, en PROVINO- y adoptada por los criadores en sus planes de mejoramiento genético.
Esta tecnología es aconsejable para establecimientos medianos y/o grandes, con un plantel reproductivo superior a 100 madres. Para aplicarla, la unidad debe contar con cierta infraestructura de manga, corrales y potreros para la identificación de los animales, período de encierre controlado y toma de muestras.
Para la implementación del ensayo, se requiere la inoculación de corderos de alrededor de seis meses de edad con un número conocido de larvas. Luego, se evalúa la respuesta de cada animal a la infección del parásito mediante el conteo de huevos en heces (HPG); los que presentan menor eliminación de huevos (menor HPG) se consideran «resistentes» a la parasitosis. Este comportamiento es la base para implementar un plan de mejoramiento genético, en el que deben identificarse los individuos superiores genéticamente generación tras generación.
FUENTE. REVISTA CHACRA