Mediante el uso de modernas técnicas espectroscópicas, el equipo que encabeza la investigadora del INIA Iris Lobos ha logrado determinar los índices nutricionales y estudiar la calidad de la grasa de carne ovina producida en el sur de Chile.
“Las enfermedades cardiovasculares permanecen como la principal causa de muerte en Chile y el mundo. Chile lidera los índices de obesidad según la última encuesta nacional de salud y desde el 2019 nuestro país ha superado a México y Estados Unidos. Esto ha llevado a que el consumidor y las autoridades de Salud estén cada vez más preocupados de la alimentación, ante lo cual es necesario disponer de métodos analíticos más rápidos para poder determinar la calidad nutritiva de los alimentos”, afirma la ingeniero en alimentos, doctora en alimentación y medioambiente del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), Iris Lobos.
La profesional advierte que “las recomendaciones nutricionales de los últimos 40 años han promovido una reducción del consumo de carnes rojas por su contenido de ácidos grasos saturados, bajo la premisa fundamental de reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, en los laboratorios del INIA Remehue hemos demostrado en diversos estudios que las carnes bovina y ovina, así como la leche de vaca y sus derivados, producidas con una alimentación basada en el consumo de pasto, no inciden negativamente y al contrario, tienen propiedades saludables”.
Agrega que “en los últimos años se han hecho muchos estudios que evalúan el efecto de los ácidos grasos sobre la salud de las personas y es así como hoy sabemos que las carnes de animales que han consumido principalmente praderas contienen altos niveles de alfa linolénico (a C 18: 3 n-3) y de ácidos grasos poliinsaturados (conocidos como PUFA, por su sigla en inglés), cuya presencia y relación n6/n3 es beneficiosa para la salud”.
La Dra. Lobos indica que “los ácidos PUFA determinan el índice hipocolesterolémico, además el n-3 juega un papel importante para regular el Índice Trombogénico, que determina la tendencia a formar coágulos en los vasos sanguíneos, mientras que el n-6 es dominante para los aterogénicos y ambos directamente vinculados al riesgo de sufrir accidentes vasculares, de ahí su importancia”.
Consciente de esta situación, el equipo de INIA que dirige Iris Lobos realizó un estudio específico para determinar el valor nutricional y el perfil de ácidos grasos de la carne ovina, para conocer su calidad nutritiva e impacto a la salud humana.
“Se sabe que, en una dieta equilibrada, la relación n-6/n-3 inferior a 4.0 indica cantidades deseables de ácidos grasos n-3 y n-6 y la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares y que un producto animal sano puede caracterizarse por un contenido bajo de índice Aterogénico e índice Trombogénico, cuyos valores ideales en nutrición humana deben ser menores a 1 y 0,5 respectivamente”.
La Dra. Lobos indica que “los ácidos PUFA determinan el índice hipocolesterolémico, además el n-3 juega un papel importante para regular el Índice Trombogénico, que determina la tendencia a formar coágulos en los vasos sanguíneos, mientras que el n-6 es dominante para los aterogénicos y ambos directamente vinculados al riesgo de sufrir accidentes vasculares, de ahí su importancia”.
Consciente de esta situación, el equipo de INIA que dirige Iris Lobos realizó un estudio específico para determinar el valor nutricional y el perfil de ácidos grasos de la carne ovina, para conocer su calidad nutritiva e impacto a la salud humana.
“Se sabe que, en una dieta equilibrada, la relación n-6/n-3 inferior a 4.0 indica cantidades deseables de ácidos grasos n-3 y n-6 y la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares y que un producto animal sano puede caracterizarse por un contenido bajo de índice Aterogénico e índice Trombogénico, cuyos valores ideales en nutrición humana deben ser menores a 1 y 0,5 respectivamente”.
FUENTE DIARIO FUTRONO.CL