España
Esquiladores Uruguayos para Salvar la Campaña

Son 250 profesionales sudamericanos llegan este martes a España; 50 estarán en la región
Leonardo González se ha acostumbrado en la última década a recorrerse casi 20.000 kilómetros cada año para venir a trabajar a Extremadura.

 

 

A sus 39 años, este esquilador de Uruguay es tan conocido en La Coronada, Orellana la Vieja o Alburquerque como muchos de sus vecinos. A Leonardo y al resto de uruguayos de las cuadrillas que cada primavera esquilan miles de ovejas extremeñas. En unos días también lo harán (en realidad, ya hay quince que llevan unos días trabajando) pero en esta ocasión su presencia en España se ha convertido en una odisea que ha requerido la intervención de los dos países para superar innumerables obstáculos por culpa del coronavirus.

Para alivio de los ganaderos de ovino, hoy aterriza en Madrid un avión con 250 esquiladores procedentes de Uruguay. Medio centenar será para explotaciones de ovino situadas en Extremadura. A eso se suman catorce que se encontraban en la región a mitad de marzo, cuando se declaró el estado de alarma, que han seguido esquilando desde entonces. Son trabajadores esenciales para el sector ovino nacional porque en España no hay suficiente mano de obra especializada.

«Sin ellos hubiera sido imposible quitar la lana a las más de tres millones de cabeza de ovino que tenemos en Extremadura, donde está el mayor censo de España. Imposible», asegura Marco Antonio Calderón gerente de Comercial Ovinos, cooperativa integrada en EA Group, con sede en Villanueva de la Serena. EA Group es el mayor grupo cooperativo de carne de ovino de Europa. Y también es el principal comercializador.

Calderón ha sido el coordinador que ha posibilitado que seis empresas españolas y los gobiernos de España y Uruguay hayan hecho posible que un vuelo chárter con 250 esquiladores sudamericanos lleguen finalmente para esta campaña, una medida bloqueada por el cierre de fronteras a causa de la pandemia. «Esta es la prueba de que se necesita esa mano de obra. Si no, ni España ni Uruguay se hubieran puesto de acuerdo», sentencia.

Contingente anual
Desde hace años, desembarcan en España para hacer un trabajo fundamental para los productores de ovino. Con contrato de trabajo antes de salir de su país y alojamiento cerrado de antemano, normalmente en casas alquiladas de los pueblos a los que van a trabajar, se trata de una mano de obra muy profesional que suple el agujero de esquiladores extremeños, un colectivo que mengua año tras año.

«Tenemos 2,7 millones de madres, a las que hay que sumar los carneros y las hembras de renuevo (animales jóvenes). En Extremadura no hay ni de lejos la cantidad suficiente de esquiladores para todo ese volumen. Bueno, ni en Extremadura ni en el resto de España. Por eso desde hace tiempo empezaron a llegar esquiladores, en principio, de países del Este de Europa pero estos han ido dejando paso a uruguayos».

En Uruguay existen escuelas en las que se enseña el oficio de la esquila a los que se inician y también ofrecen cursos de perfeccionamiento a aquellos que ya son esquiladores «y quieren superarse más aún teniendo en cuenta que es un trabajo que requiere de técnica y posicionamiento de la oveja», dice Leonardo González, natural de Salto, limítrofe con Argentina. Aparte de esquilar, es el encargado de una de las cuadrillas que se mueven cada año por Extremadura. Son contratados por la empresa El esquilador Guerrero, de Granada que, a su vez, ofrece sus servicios a los ganaderos de diferentes regiones.

Catorce esquiladores uruguayos se encontraban en la región antes de que se decretase el estado de alarma. Llevan trabajando en Extremadura desde marzo. Ahora se les unirán otros 50.
FUENTE HOY POR CELESTINO J. VINAGRE

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