La ganadería de Magallanes terminó una temporada marcada por la crisis económica mundial, gatillada por el coronavirus, al cerrarse importantes mercados compradores de lana como China y de carne como países europeos.
Sólo un 50% de los ganaderos optó por vender lanas y el resto decidió guardar sus reservas ante el descenso que experimentó el precio en la transacción, explicó el presidente de la Asociación de Ganaderos de Magallanes, Cristián Concha.
“Esta temporada ganadera ovina tuvo de dulce y de agraz”, afirmó el directivo porque por un lado el precio de venta de cordero tuvo tres factores favorables: buen precio de dólar por el tipo de cambio y porque hubo buenos pesos logrados en los ovinos gracias a que el año pasado hubo mejores índices de lluvia y con ello la pradera se recuperó fortaleciendo el peso de los animales.
Bajo ese aspecto se lograron precio de venta en promedio de $50 mil la unidad vara y los productores obtuvieron que los animales registraran entre 800 gramos y 1 kilo de peso superior a los rendimientos de la temporada pasada.
La lana a pique
Sin embargo, lo más amargo fueron los efectos derivados de la crisis mundial por la pandemia y que repercutió especialmente en la venta de la lana que se fue a pique, según Concha.
“Nuestro principal mercado comprador es China y las industrias se cerraron dejando de recibir la lana. Igualmente el precio ya venía deprimido el año pasado cuando experimentó una baja de 20% y este año fue de 40%”, expresó.
En la temporada 2019 la lana se transó a 6 dólares por kilo de base limpia (lavada-peinada) y este año quienes igual decidieron vender, porque tenían compromisos asumidos, lograron transacciones que bajaron a la mitad: 3 dólares el kilo base limpia.
Mercado bovino
Cristián Concha también formuló un negativo balance para los resultados del mercado bovino que también está deprimido desde mayo cuando comienza la promoción para la venta de terneros a los mercados productores de las regiones de La Araucanía y Los Lagos, entendiéndose que toda la carne bovina se destina a consumo nacional.
En este segmento los precios igual experimentaron una caída de 25%. “Esta temporada ya está jugada y lamentablemente el saldo no es favorable después de un trabajo que para los productores comienza desde mucho antes con mejoras de pradera y de reproductores”, afirmó.
Respecto a las proyecciones a futuro, dijo que ello aún es incierto. Presume que puede ocurrir que en el futuro vengan compradores chinos y se interesen por la carne ovina, pero que paguen el precio que ellos impongan y no como el que suele obtenerse cuando los cortes ovinos se exportan al mercado europeo, donde el producto adquiere una calificación “boutique” por su demanda en los restoranes.
FUENTE LA PRENSA AUSTRAL