Fue clave el apoyo de tres proyectos de investigación de INIA.
Por primera vez en la historia del Consorcio Regional de Lanas Ultrafinas (CRILU), se entregaron el pasado jueves unos carneros de Merino Australiano que además de contar con la evaluación genética tradicional realizada por el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), tienen información genómica sobre tres características de alta relevancia económica y ambiental a nivel internacional: consumo individual de alimento, eficiencia de conversión del mismo y emisiones de metano.
Tradicionalmente INIA, SUL y la sociedad de criadores de cada raza trabajan conjuntamente para realizar las evaluaciones correspondientes, estudiando producción y calidad de lana, largo de la mecha, crecimiento, resistencia a parásitos gastrointestinales, área de ojo de bife y espesor de grasa, entre otras.
Gabriel Ciappesoni, investigador del Sistema Ganadero Extensivo de INIA destacó que este procedimiento permitirá saber si la descendencia va a producir más o menos de cada una de las características evaluadas. De este modo, los cabañeros pueden seleccionar los animales y los productores comerciales a la hora de comprar uno para la majada.
Ciappesoni indicó que en el marco del CRILU también se entrega información de índices de selección que se desarrollaron en conjunto con la Sociedad de Criadores de Merino Asutraliano.
INIA tuvo un rol fundamental aquí, ya que la evaluación se logró gracias al apoyo de 3 proyectos de investigación del instituto: el RUMIAR, el SMARTER y el GrassToGas.
Ciappesoni indicó que si bien los carneros se entregan a los consorciados del CRILU (productores y cabañas), “se van a multiplicar en otras cabañas, por lo tanto, su genética va a llegar a más productores”.
Una nueva muestra del avance en el trabajo genético ovino por parte de CRILU, INIA y las sociedades de criadores.
FUENTE EL PAIS RURAL URUGUAY