Un grupo técnico interinstitucional tiene 160 días para determinar un camino que permita controlar y hasta erradicar la mosca de la bichera o gusano barrenador del ganado.
Por resolución del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y la secretaría de Estado, conformaron una nueva figura para seguir avanzando en la reducción de los perjuicios causados por la enfermedad y para armar un Plan Estratégico para el Control del Gusano Barrenador.
Entre sus cometidos está: la recopilación de antecedentes, la estimación de pérdidas anuales que causa, diseñar recomendaciones y estrategias de control, sus costos asociados y la evaluación de la actual normativa a fin de realizar los ajustes que sean necesarios.
En el marco de una conferencia en el MGAP, Romeo Volonté, gerente del Secretariado Uruguayo de la Lana explicó que “la meta es fortalecer un trabajo importante que se hizo en Uruguay desde hace muchos años” y recordó que “hay grupos técnicos inter institucionales que están trabajando. El desafío será en ese plan estratégico que establece las hojas de ruta a seguir en un plazo de 180 días para ver hasta donde avanzamos”, dijo el jerarca.
Volonté comentó que hay tareas de evaluación de la normativa actual, “ver qué cambios se pueden hacer y vamos a poder hacer aportes en estos 180 días. Somos moderados en las expectativas, porque hay que dar muchos pasos, hay muchas limitantes y por eso no pudimos controlarla, ni erradicarla”.
A su vez, el presidente del SUL, Alejandro Gambetta admitió que “la mosca de la bichera es muy grave para la producción ganadera”. Colocó a esta zoonosis como una limitante que tiene el rubro ovino para poder crecer. “La gente que tiene este problema en lugar de producir más y sacar más rédito está curando animales enfermos. Eso es parte de cuando la gente toma decisiones”, advirtió Gambetta.
El titular del INIA, José Repetto pidió reconocer todos los trabajos técnicos previos que se hicieron para controlar este flagelo. Según su visión, ahora “se juntaron los intereses de los productores con la capacidad de investigación y el MGAP. La unión de los equipos que venían trabajando, las últimas tecnologías y la fuerza de los productores, están posibilitando crear un equipo de trabajo fuerte”, afirmó.
Por su parte, el director general de los Servicios Ganaderos (MGAP), Eduardo Barre, dijo que “esta enfermedad preocupa mucho”.
El jerarca recordó todos los trabajos y los resultados de las investigaciones previas y abrió un camino de esperanza. “Se midió la sobrevida de la pupa. Había que ver cómo se cumplía el ciclo a nivel país y cómo se propagaba. Según el clima, el ciclo puede pararse e ciclo o no”, explicó. Barre dijo que los trabajos previos con moscas estériles, producto de la irradiación traídas desde Panamá dio resultados alentadores. “Esa mosca madre es genéticamente viable con nuestra mosca, se puede trabajar con ella en Uruguay”, admitió. La erradicación deberá hacerse con los vecinos.
Una limitante para recuperar rubro ovino. Las pérdidas económicas en la ganadería que causan las “bicheras ” que causa el gusano barrenador del ganado, no están totalmente cuantificadas y distintos trabajos técnicos hablan de entre US$ 30 millones y hasta US$ 200 millones anuales.
Hay años como el actual donde la mosca del gusano barrenador aprieta y complica en los establecimientos, generando mayor trabajo a nivel predial y pérdidas económicas más altas.
El nuevo grupo de trabajo, conformado por acción del MGAP, deberá medir mejor las pérdidas y determinar un costo. “Sí las pérdidas fueran de US$ 100 millones eso equivale al valor de 1,3 millones de ovejas que año tras año pierde el sector ovino, lo que representa el 38% del stock de ovejas del Uruguay”, remarcó a través de Twitt el consultor Ignacio Buffa, uno de los principales de la Consultora Apeo.
Según trascendió en la conferencia de prensa, actualmente hay en curso una medición técnica sobre los costos que se está haciendo con la Comisión de Energía Atómica.
Lo más importante es que la irradiación para crear moscas estériles funciona y así quedó probado en Uruguay en algunos programas pilotos que se hicieron en la frontera con Brasil, con la participación de Paraguay y Argentina, que también sufren este problema y sus pérdidas económicas. Otro avance importante sería que habría barreras naturales que estarían evitando la mayor dispersión de la mosca, lo que abre otro camino de lucha a futuro. Hay datos para publicarse en ese sentido.
Por Pablo Antúnez
FUENTE: EL PAIS URUGUAY